sábado, 6 de octubre de 2007

RAQUEL PARADA
(1936)

RAÍCES

Fui la risa y el llanto de mi tierra cobriza
y la planta hizo huellas
en los caminos jóvenes,
horadé la niebla de los días triviales
y eché raíces hondas
inconsciente y sin prisa.
El moho de los años
fue oxidando los sueños;
y trocó el horizonte
y en los tiempos austeros eché nuevas raíces
en ajenos senderos
y lloré los recuerdos
de aquella infancia añeja.
Una paloma herida aletea muy dentro
y el desarraigo duele
como sal en la llaga.
Es que el alma se agota en cada despedida,
mientras la tierra esparce
un perfume de olvido.

LUCIÉRNAGAS

Ya no se posará mi voz
junto a tu aliento,
ni escucharán mis venas el batir de tus alas;
el viento en las persianas no escribirá tu nombre.
La tarde tiene sombras,
como en aquella tarde.

Las anchas avenidas
olvidarán tus pasos;
el tiempo en los rosales ocultará su rostro,
y entre la muchedumbre, como un gajo de espinas,
de mi mano cogidos,
tu recuerdo y mis ansias.

Tu sombra con mi sombra
no hollarán el camino;
no volverán tus ojos a besar mi sonrisa,
y mientras la luciérnagas alumbran otros sueños,
en el asfalto queda
suave olor a violetas...

RAQUEL PARADA

Obra Poética: "Adviento" (1993); "Antídoto" (1997)

1 comentario:

Diego de la Noche dijo...

COMENTA: CARLOS ORDENES PINCHEIRA

Sorprende gratamente esta poesía por la intensa claridad con que la poeta conguja destellos y sombras, cielos y tierras,`para descubrir ese rumo interno creador, simple y vedadero.

Raquel Parada posee dulces lámparas que irradian su propia transparencia en versos de gran perfección y hondo contenido.

Estamos frente a una poesía derribadora de muros que no pasará desapercibida.