martes, 9 de octubre de 2007

ALICIA NIEVA
(1931)

SUPERFICIAL

No quiero que eches raíces hondas:
florece apenas sobre mi tierra
y deja luego que se marchiten
todos los pétalos sin dejar huella,
quiero que seas como una nube
que en el estío moja y refresca
y que se esfuma sin saber còmo
y en el invierno ya nada queda;
quiero que seas como el relámpago
que rompe el negro de la tormenta,
que alumbra el cielo sin nhacer daño
y que estremece las aguas quietas.
Qur no haya anclas que toquen fondo,
sólo dibujos sobre la arena
y que el velero de nuestros sueños
se aleje lento de la conciencia.

DESILUSIÓN

Un torbellino de luces
rompió tu estrella dormida
y esparció por los caminos
lluvia de pena y ceniza:
era un trozo de tu alma,
pero tú no lo sabías,
descubriste su existencia
cuando caía hecha trizas.
Tus bellos ojos de niño
miran a la lejanía,
buscando en tus lunas blancas
y en tu jardín ya sin risas
las palabras que no llegan,
las respuestasque vacilan.

Los pájarps de tus versos
ya no aletean ni trinan,
se han detenido tus ríos
y tus mares y tus brisas,
para comvertirse en llanto
por tu estrella destuida
y hay en tu mirada absorta
una pregunta infinita.

ALICIA NIEVA

Obra Poética: "Niñez" (1979); "Entre dos orillas" (2001);
"Acuarela gris" (2006)
Aparece antologada en las tres antologías
de Carlos Ordenes Pincheira.

1 comentario:

Diego de la Noche dijo...

COMENTA: CARLOS ORDENES PINCHEIRA

El amor es un viento que destruye siembras -casi siempre- y deja huellas tan profundas que el sufriente se esmera en no borrar.

Alicia Nieva no es ajena a estos embates y por eso su acento es nostálgico y doloroso.

Hace del recuerdo un pincel y con él va pintando ausencias, calles, entornos, noches, rostros luminosos que un día repartieron lunas y soles.

Su canto se parece a una casa de cristal. Hay que escucharla.Y lo que dice lo hace en muy buena poesía.