miércoles, 25 de junio de 2014

NAHIR SUBELZÚ

NAHIR SUBELZÚ
1968 -
(uruguaya)





Es la poesía


Una cornisa desde la que asomarme al mundo

sin vértigo o zozobra.

Un cuerpo de sirena, un huracán

que destruya la falacia de la tierra.

Una verdad prendida a la cola de un cometa.

Una esperanza azul que debiera ser verde.

Una pluma, un volcán, un infortunio gris que se torna en sonrisa.

Un médano enlucido por la luna a medianoche.

Un corazón, que cesa de latir cuando apareces.

El filo de un cuchillo atravesando el tiempo de la dicha,

las piedras con que hemos construido las murallas

tras las que acechar la llegada del otoño.

Sonido de campanas que repican

reivindicando el sol en mitad de la lluvia.

Eslabón de una cadena libertaria

que me obliga a soltar lo que me sobra.

Rey de noviembre. Vaivén de diente de león

en medio del jardín. Gema semipreciosa,

grito de espanto, sombra chinesca de un mundo inexistente,

rayo de luz, que me atraviesa el alma…


Esa eres tú, bella palabra,

placer excelso,

hoguera pertinaz en la que se consumen

mis carnes y mis huesos

presos del hechizo inefable de tus encantos.

Esa eres tú poesía, hermana de sangre, Ave Fénix,

mi tesoro, mi estrella, mi fortuna.

Nahir Subelzú



Tartărus



Te escribo en las olas  para no dejar marcas.
No espero tu respuesta.  Ni tampoco que entiendas.
Tan solo que contemples la espuma y te preguntes quizás
por el misterio que envuelven los ocasos.

Te escribo entre las brasas mientras que se consumen
efímeras, ardientes, voraces en su agónica misión de desenfreno.
Comprendo tu extravío. Hay una vocación suicida
entre las llamas verdes con que oficia el poeta.

Te clamo contra el viento.
Mis gritos se malgastan disfrazados de espanto.
Mi voz busca tus letras para cantarte el nombre con todos sus sonidos…
Te pierdo entre el bullicio de las montañas sordas, desangrado de música.

No leas lo que escribo, no escuches lo que canto.
No dejes que mi alma se te cuele en las vísceras.
Lleva veneno el ánima de quien no tiene espejo
en que mirar sus males.

No cedas al abismo que se abre en mis sienes.
No dejes que te abrace mi hiedra contra el muro.
No permitas que sople mi aliento emponzoñado
de mórbida tristeza.
Prohíbeme mirarte, ciégame si es preciso,
deniégame poder de convertir tu mente en esclava del caos.

No me leas. No leas. Mi poesía es el tártaro.

Nahir Subelzú

2 comentarios:

Diego de la Noche dijo...

Una poeta maravillosa es Nahir Subelsú, por encima de aquella voces
traicioneras y envidiosas. Nos da gran satisfacción tenerla en nuestros blog, pues se trata de una poeta que en silencio va puliendo y
dotando de musica y belleza un edificio de cristal irrompible: su Poesía.

Diego de la Noche dijo...

me desdigo de algo que dije antes. Cret que la palabra poera a la mujer lejos de enaLTECERLA la sume y la lleva a ser igual al hombre no en el sentido. Extrictamente bueno Es como haber domado, haber aguachado a la mujer. Es decir, siempre se hará lo que el hombre diga y dictamine.
Estoy en contra de eso, la mujer es poetisa, femenina, sensitiva, grande
y de gran intelecto. Como decirle poeta a Nahir si es una dama dueña de una gran poesía, léase bien: poesía, no poema. Cualquiera escribe poemas, no cualquiera escribe poesía como Nahir. El poema lo escribe cualquiera. Y tenemos demasiados llamados y autollamados así. La poesía es sangre galopante, sentimiento real, nunca prefabricado, es creación pura venido desde la profundidas del alma. La mujer creadora es artista, es poetisa.Y los difieran pueden comerse aquello que les cae de la nariz.