UBALDINA
De hollín y plata son tus alas
humilde pájara aymara
madrugas antes que la madrugada
te afanas buscando la aurora
y empezar tu nueva jornada
como único sino razón o destino.
Fría, bruñida de pampa escarchada
sumisa, generosa, cómplice
en todo y en lo imposible,
convertida en monolito, a ratos,
ausente total de tiempo y vida.
Dos enredaderas sueltas te acompañan,
a la cintura atados,
cien arcoiris esconden
pedazos de roca entumecida.
En el alma,
como antigua herencia redimida,
la esperanza por ver
el rostro de la luna amanecida.
Yo también siento cariño por ti, con tu particular forma de ser, otra
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