ROSA CRUCHAGA
UVA
como una uva me destrozo: es la ternura
que no sé contener en mi frontera.
Uva es mi cuerpo: todo es envoltura
de la muerte que di cuando naciera.
Uva me asomo siempre en la espesura
del nacimiento: a zarpas en la hoguera
el miedo ha puesto un nudo en mi cintura,
y el llanto todo el frío que me fuera.
Toma mi ano; piensa en esta hoja;
de raíz a raíz grito en la roja
sucesión de las uvas y semillas.
Me abro y me yergo sin saber si muero
por uva no seguirme, cuando espero:
salir muriendo en uvas las mejillas.
QUE LAS MADRES
Que las madres se hundan en su mirada
envolvente; la muerte honda ha crecido.
Desollado y vestido
el ramo siempre vivo por la nada.
Que las las madres trepen a la quebrada
que llevan. Nade muerto ha rendido,
y nadie dividido
pensó en haber la sombra unificada.
Cual rincones o parvas
se juntan con la lluvia. Como larvas
esperan su verdosa luz que asusta.
Que se hundan en su brazada
minuciosa: pues cada poro gusta
a mar, y cada gota es separada.
LISTA CUMPLIDA
Fue tu espalda. Y pasó tan apurada
que e aventaste el pelo y los encargos.
Miré mi lista: unos borrones largos
marcaron el papel sin decir nada.
Con la perplejidad más despeinada,
me enredé los “se fue” y los “sin embargo”;
y debí asirme a postes muy amargos
pues no caí pero quedé envarada.
Otra lista fragüé en olor cumplido.
Perdería por tu espalda mi mañanas,
te ganaría sin prisa en sufrimiento
Y así en los mediodías sin campanas.
Así en la misma esquina, al mismo viento:
yo esperando puntual lo que he perdido.
PLAZA
El viejo entre las hojas
da una sombra de violín.
Se oye la mejilla del álamo.
Al niño con su cometa
l resbalan
por los ojos cuadrados.
Se oye la fibra del álamo.
El antiguo surtidor
sigue naciendo y bostezando.
Tic tac de los álamos.
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